lunes, 20 de mayo de 2013

Capitulo 8



Increíblemente, le estaba haciendo caso a Mikel y ahora comía un poco más que antes. Este chico cuando quiero es un cielo.
Me cepillé el pelo y me lo dejé suelto con el flequillo cogido hacia atrás por unas horquillas.
Había quedado con unos amigos de la calle para aprender a manejar la moto. Según ellos, tener 16 años y no haber cogido nunca una moto es ‘’No haber tenido infancia’’.
Me subí la cremallera de la sudadera negra y me bajé las escaleras en silencio.
Mi tío estaba durmiendo y cada vez que se despertaba por algún ruido, aunque no lo hubiera hecho yo, lo pagaba conmigo.
El día estaba muy bueno, y no hacía ni frío ni calor.
Los pájaros cantaban alegremente y no pasaba ningún coche por la zona.
Anduve por la calle desierta, escuchando por el iPod la canción ‘’I miss the misery’’ de Halestorm.
Mis amigos esperaban en un descampado donde allí podría coger la moto con tranquilidad, sin el miedo de atropellar a nadie.
Llegué en 10 minutos.
Allí estaban todos, Ricky, Jhonny, Sara y Paco.

-          ¡Ei! – saludé con voz fuerte.

Los otros me saludaron sonrientes.

-          ¡Hola guapa! – saludó Ricky, dándome dos besos.

Jhonny le empujó y se puso delante de mí.

-          ¡Pequeñita!

Me abrazó durante 7 largos segundos. Fue Paco el que le empujo, solo que estaba ya venía directo a los labios.
Le di un empujón disimuladamente y le un abracé.
Sabía que estos tres iban de broma, pero por si acaso… ¡La boca donde la pueda ver!.
Miré a Sara pidiendo ayuda con la mirada. Esta rió y me alejo de aquellos tres.

-          Tranquila, que conmigo estás segura – me dijo guiñándome un ojo.

Le sonreí agradecida.

-          Bueno Alicia, ¿Preparada para atropellar a gatos y viejas? – bromeó Ricky.
-          ¡Pues claro! ¡Y la primera victima serás tu!

Le guiñé un ojo y me dirigí a la moto que habían traído.
Me senté y agarré el manillar con fuerza. La llave ya estaba puesta.
Jhonny, que es el que más sabe de motos, se acercó y se puso a mi lado.

-          Muy bien Alicia… pon una mano en el manillar y otra en la parte trasera

Obediente, hice lo que me indicó.

-          Ahora déjate impulsar un poco…

La moto empezó a moverse en línea recta, con lentitud, pero empezó a moverse.

-          Las curvas las debes coger con suavidad – exclamó Paco al verme tan ilusionada.
-          ¡Eso tía!

Reí y les saqué la lengua.
De nuevo, me impulsé y esta vez salí a toda la velocidad por el descampado, dejando a todos con la boca abierta.
No lo hago nada mal, se podría decir que no es la primera vez que cojo una moto, algo que no es cierto.
Di cientos de vuelta, la siguiente con mayor velocidad y con menos precaución.

-          Alicia, ten cuidado no te vayas a matar – dijo Jhonny realmente preocupado.
-          ¡Tranquilo, estoy de puta madre! – grité, soltando una mano del manillar y elevándola hacia el cielo.

Me salí un momento del descampado.
Es peligroso, ya que no tengo carnet ni llevo casco. Pero… hay que vivir la vida, ¿No? ¡Carpe diem!
Crucé una curva con suavidad y me metí de nuevo en el descampado.
Miré hacia atrás sonriendo.

-          ¡Alicia cuidado!

Miré al frente y me encontré con Mikel ha unos metros de mi.

-          ¡Hostia, Mikel!

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