lunes, 13 de mayo de 2013

Capitulo 6


Capitulo 3

-          ¡Que frío! – gimió Teresa tras salir junto a los demás al patio.
-          ¡Quejica! – se burló Jhon - ¡Pero si hace calor!
-          ¡Tu que estás muy caliente! – dije riendo mientras le daba un codazo a Cristina.

Todos rieron mi gracia, incluso Jhon, aunque se puso algo rojo.

-          Profesor, ¿No podemos hacer educación física en el gimnasio? – pidió Silvia, tiritando exageradamente.
-          Lo siento chicos, pero el gimnasio esta ocupado por los niños de segundo de la ESO.

Insultos bastantes ofensivos a los de segundo.

-          ¡Venga vamos, correr durante 10 minutos! ¡Hoy haremos baloncesto!.

Todos empezamos a correr sin ganas. Los chicos estaban más animados, pero las chicas no teníamos ganas de baloncesto.
Me puse a correr junto a Marta, Erika y Teresa.
Mikel pasó por mi lado y me guiñó un ojo. Le ignoré y volví a centrarme en la conversación que teníamos.

-          ¡Muy bien! ¡Haced equipos de 4 y a jugar!

Hice el equipo con las mismas.
Rugido en el estomago. Hace dos días que no como, y en todo caso, un pequeño sándwich ayer para almorzar.
Empezamos el partido.
Pases, corridos, más pases, correr y más rugidos de estomago. Y por último, mareo.

<<Joder… que asco de mareo…>>
Me quedé quieta en el sitio y me llevé las manos a la cara. Más mareo.
Caí al suelo y me quedé boca arriba.

-          ¡Alicia! ¡Alicia!

Muchas personas fueron corriendo hacia mí, pero solo distinguí una voz entre todas.

-          ¡Ei Alicia! ¡reacciona!

La voz de Mikel parecía nerviosa.
Abrí los ojos y me sobresalte al verle tan solo a centímetros de mi cara.
-          Estoy… bien.

Mikel se apartó y me incorporé en suelo, aun con mareo.

-          Alicia, ¿Estas bien? – preguntó el profesor que acababa de llegar.
-          Si… solo es un mareo…
-          ¿La llevo dentro del instituto a que descanse un poco? – sugirió Mikel.

Le miré con gesto desafiante. ¿El? ¿Llevarme a mí? ¡No!

-          No hace falta  – dije con voz fría.
-          Buena idea Mikel, cuando ya este recuperada volvéis – contestó el profesor sin hacerme caso.

Sin perder más tiempo, me cogió en brazos.

-          ¡Suéltame imbécil! – grité pataleando el aire.

Muchos chicos empezaron a silbar mientras que algunas chicas me lanzaban miradas envidiosas.

-          ¡Déjame, Mikel!

Me ignoro y entró dentro del instituto. Me dejó en un banco.
Bufé y le giré la cara enfadada.

-          ¡No te enfades mujer! – dijo riendo.

Le solté un gruñido.
Mikel rió en silencio y miró al frente, preguntándose en serio que me había ocurrido.
Rugido de barriga. Ya tenía la respuesta...

No hay comentarios:

Publicar un comentario