jueves, 2 de mayo de 2013

Capitulo 3






Unos metros más alejados de ellos tres.

-          ¡Erika, estás muy salida! – exclamé riendo como una loca.
-          Vamos a ver, el chico llevaba un pantalón ajustado al culo, ¡¿Cómo no iba a mirar?! – se defendió la joven, riendo también.

Empecé a dar palmadas sin parar de reír, ya con las lágrimas saltadas.

-          ¡Que Alicia se nos muere! – dijo Marta, yendo hacia mi y abrazándome por la espalda.
-          Mira quienes están hay… - murmuró Nerea, mirando a su izquierda.

Todas miramos a la vez, sin disimular nada.
La expresión divertida que tenía en la cara se me cambió un poco al ver a Mikel y sus amigos solo a unos metros de nosotras, sentados plácidamente en un banco.
Las chicas le sonrieron y les saludaron tímidamente con la mano. Yo solo me limite a sonreír un poco,
Los amigos de Mikel me caen bien, pero no el.
Carlos nos hizo una señal para que nos acerquemos.
Fuimos sin dudarlo, y la que menos dudaba era yo.
Que Mikel sepa que, aunque esté el, no me rajo a unas risas con sus amigos, que también son los míos.

-          ¡Hola, feísimas! – nos saludó Adriá levantándose del banco.

Nos dio dos besos a cada una.
Carlos y Mikel le imitaron.
Cuando llegó el turno de los dos besos de Mikel hacia mi, los dos pasamos el uno el otro y no nos dimos nada; solo un pequeño ‘’Hola’’ frío y corto.
Se creó un poco de tensión.

-          ¿Y vosotras que hacéis aquí? – preguntó Carlos para romper el hielo.
-          Nada, estábamos dando una vuelta y de repente a esta – Marta me señaló con el pulgar – le entró un ataqué de risa.

Empecé a reír otra vez.

-          ¡Ah vale! ¡Por eso no podías ni andar! ¡Pensábamos que te estaba dando un ataque o algo así – bromeó Adriá sacándome la lengua.
-          Al principio era un ataque de risa, después te vi y se convirtió en un ataque al corazón – le respondí, sacando también la lengua y dándole un golpecito en el brazo.

Adriá me abrazó riendo, un buen amigo.

-          No te pongas celoso, Mikel – bromeó al separarse de mi.

Rieron todos menos Mikel y yo, que nos mantuvimos serios, sin mirarnos en ningún momento.
Miré un momento a mi lado y toda la diversión, toda la alegría y risas recibidas hace unos momentos se esfumó de repente.
Ángel estaba hay, tranquilo y relajado junto a otra chica mucho más guapa que yo. La tenía cogida por la cintura y sonreía con esa sonrisa perfecta.
Instantáneamente la besó con más ganas que nunca, un beso que me rompió en pedazos.
Desvié la mirada rápidamente al suelo, los ojos se me estaban anegando de lágrimas.

-          Yo me… tengo que ir – dije, con la vista fija en el suelo y la voz apagada.
-          ¿Estás bien? – preguntó Nerea preocupada.
-          Si, si… es que… me he mareado.
Al notar como la primera lágrima salía de mis ojos, decidí no dar más explicaciones e irme.
Andaba con la vista fija en el suelo, con las lágrimas saliendo una tras otra, una tras otra. No me podía creer que, después de haber roto hace tan solo una semana, haya encontrado a otra chica,

-          ¡Alicia!

Reconocí la voz al instante y emití un pequeño gruñido.

-          ¿Qué quieres? – pregunté, con la voz fría y sin aparta la vista del suelo.
-          ¿Por qué te vas? – preguntó Mikel detrás de mi.
-          Ya lo he dicho, estoy mareada – repliqué con voz quejosa.
-          Bueno… ¿Y porque no fuiste con tu novio Ángel? ¿No os queréis mucho?, ¡Con lo que el te quiere!.

Me quedé sin habla. Puede que Mikel y yo nos llevemos mal, pero… ¿Cómo ha podido ser tan hijo de puta al decirme eso?.
Me giré y le miré a la cara.
El chico se quedó sorprendido al verme llorar.

-          ¿Cómo puedes ser tan hijo de puta? – la voz me temblaba.
-          ¿Qué?
-          ¡Sabes perfectamente que Ángel me dejó hace una semana, gilipollas!

Mikel no contestó, note por su cara que acababa de darse cuenta de que se había pasado.

-          Yo… me he pasado un poco…
-          ¡¿Un poco?! Mira tío… ¡Vete a la mierda!.

Le dirigí una mirada de odio y le di la espalda, yéndome de su lado y dejándole solo.
Me sequé las lágrimas, soy fuerte y no voy a llorar por un tío.
Llegué a casa y cerré la puerta de un portazo, (secándome las lágrimas antes e intentando que no se notase que había llorado).

-          ¡Haz menos ruido niñata! – gritó Juan, mi tío, con el que vivo desde los 7 años.
-          ¡Hago todo el ruido que me de la gana! – repliqué.
-          ¡¿Quieres que te de una guantada para que se te baje la chulería?!

Hay no contesté, el era capaz de hacerlo. Ya me había pegado más de una vez.
Subí las escaleras y entré en mi habitación.
Me tumbé en la cama y resoplé.

<< Puto Mikel… >> pensé, frunciendo el ceño y haciendo una mueca de desprecio.
Luego recordé porque Ángel y yo habíamos roto.
El buscaba en una relación por encima de todo, el sexo; algo que aun no estoy muy preparada para hacer.
Sus últimas palabras fueron; ‘’ ¿Pues sabes qué? ¡Que paso de ti! ¡Yo y todos los tíos a los que les digas, ‘’Espera un poco más, por favor’’ ‘’.
Suspiré y me puse en una posición diferente. No podía seguir así, con esa puta tristeza a mí alrededor. A partir de mañana, empezaré de nuevo y seré como antes: La chica alegre que no fingía su estado de ánimo.

-------------------------------------------------------
Como os habréis dado cuenta he cambiado un poco la forma de expresar en la novela (no se si me entendéis) No he subido más capítulos porque he tenido problemas familiares... Pero a partir de ahora subiré más!;)

No hay comentarios:

Publicar un comentario