sábado, 3 de agosto de 2013

Capitulo 30

Abrí los ojos poco a poco. Una tenue luz entraba por las rendijas de la persiana, que permanecían cerradas desde anoche.
Suspiré y acaricié la mano de Mikel, que reposaba en mi cintura.

Sonreí, lo había hecho con Mikel, aun ni me lo creía. Fue todo especial, mágico… no hay palabras para describir lo que siento.

Hice ademán de levantarme, pero caí de bruces a la cama por culpa de una fuerza en mi vientre.

-          ¡Mikel! – reí mientras le miraba como podía - ¡No seas tonto!

El sonrió y me dio un beso dulce en los labios.

-          ¿Cómo te encuentras? – me miró a los ojos.
-          Mejor que nunca

Me tiré encima de el y le besé, contenta. Me siguió el beso mientras sonreía.
Los dos estábamos desnudos, ya que la noche anterior dejamos la ropa en el jacuzzi.

Seguimos besándonos y tocándonos. Al menos yo no podía parar de tocar a Mikel. La noche anterior estaba muy nerviosa y apenas le hice nada, pero esta vez… es diferente.

-          Te emocionas mucho, pequeña – rió excitado.
-          Cállate…

Otra vez nos volvimos a besar. Las manos de Mikel recorrían todo mi cuerpo, al igual que las mías en el suyo.
Noté algo abultado y sonreí. Sé perfectamente que es lo que notaba.

-          ¡Chicos!

Abrimos mucho los ojos. Nos separamos al momento sin saber que hacer.

-          ¡Espera! – gritó Mikel. Me miró – escóndete, corre
-          ¿Dónde?
-          En… en el armario

Me levanté de la cama y me escondí justo allí. Cerré la puerta, pero dejando una pequeño rendija para observar.

-          Ya puedes pasar… - dijo Mikel tapándose de la cabeza a los pies.
Fue Elena la que entró. Al ver a Mikel en ese estado empezó  a reír.

-          ¿Pero que haces así?
-          Nada… como tenía calor decidí dormir de esta manera…

Rió mucha más y al momento mira a los lados.

-          ¿Y Alicia?
-          No se, yo volví solo de la fiesta

Se aguantó una sonrisa y miro justo al armario. No me moví, por si las moscas.

-          Ya, claro… si no queríais que nos enterásemos de lo vuestro, no deberíais haber dejado la ropa tirada en el jacuzzi.

Mikel se mordió el labio y miró al suelo un poco avergonzado.

-          Alicia, tu deberías sacar al menos la cabeza del armario o te dará algo malo

Haciendo caso, saque solo la cabeza. Estaba muerta de vergüenza por la pillada.

-          Tened

Nos tiró la ropa al suelo.

-          Cuando queráis, bajáis a desayunar

Cerró la puerta con un golpe seco. Salí poco a poco.
Empecé a reír, y al segundo, Mikel hizo lo mismo.

Me acerqué a el y nos abrazamos cariñosamente. Le di un beso pequeño.

-          ¿Nos duchamos y ahora bajamos? – susurró Mikel aun besándome.
-          ¿Los dos en la ducha?
-          Claro que si

Sonreí y le cogí de la mano para ir juntos al baño. Por suerte, la habitación tenía su propio baño, por lo que no hacía falta salir al pasillo.

Entramos y cerramos la puerta. Nos miramos, seguíamos desnudos.
Nos metimos en la ducha e inmediatamente salió agua de ella.

-          Estás preciosa… - dijo Mikel con dulzura, acercándome a el.
-          ¿Solo cuando estoy desnuda?
-          No, siempre

Nos fundimos en un beso largo e intenso. Hacíamos de todo menos ducharnos.

-          Ten cuidado, Mikelino – reí – que no has traído condones
-          Mierda…

Reí en sus labios. El me mordió los míos.

* * *

Al salir de la ducha, nos vestimos y dirigimos rápidamente a la cocina, donde allí seguían nuestros amigos.

Nos dirigieron miradas, pero no dijeron nada. Simplemente nos observaban.

-          Buenos días – dije con tranquilidad.
-          ¿Y esas caras? – preguntó Mikel confundido.

De repente, todos se levantaron gritando ‘’Nueva pareja’’.
Reímos y nos miramos. Están locos, pero les queremos mucho.

-          ¡Ya hay dos parejas aquí! – celebró Karen entusiasmada.

-          ¿Dos? – preguntamos yo y Mikel a la vez.

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