-
¿Cuándo
lo diremos?
-
¿El
que?
-
Ya
sabes, que estamos juntos…
-
Ah,
cuando tú quieras…
-
Alicia
-
¿Si?
-
Si
aun te parece muy pronto para dar la noticia, esperaré
Sonreí
y le besé. Un beso pequeño, tan solo unir los labios unos segundos.
-
No
me mires así – bromeé al ver su expresión – tenemos tiempo para dar muchos más
fuertes.
-
Pues
si, mucho tiempo
Sonrió
con ternura y me abrazó con cuidado.
Caminamos
cogidos de la mano, felices por tenernos el uno al otro.
Las
cosas han cambiado mucho estos meses. Mikel por fin a comprendido que es una
relación seria, y por seguro que se esforzará al máximo. Yo me he dado cuenta
de que todo el mundo puede cambiar a mejor, sea como sea esa persona.
-
¿Y
qué pasará con Albert hasta entonces? – comentó Mikel.
-
Le
mantendré a raya, tranquilo
Le
sonreí y miré al suelo, riendo un poco.
Mikel
también rió, sin motivo alguno, simplemente rió.
-
Pero
debes tener cuidado con mis fans – previno de repente, ya poniéndose serio.
-
¿Y
eso?
-
Ya
sabes, hay muchas que te odiaran y te pondrán de puta para arriba…
Hice
una mueca algo asustada, no me acordaba de todo aquello.
-
Pero
tranquila, no todas son así – dijo de repente al ver mi cambio de humor.
-
¿Me
harán algo más?
-
No
creo que pasen de los insultos, tranquila. Las que te insulten ignóralas, pasa
de ellas totalmente.
-
De
acuerdo
Nos
paramos, ya habíamos llegado a mi casa. Suspiré un poco angustiada, no tenía
ganas de ver a mi tío.
-
Un
momento…
Miré
a Mikel un poco confusa. ¿Qué pasaba?
-
Tu
tío no está – esbozó una sonrisa.
Yo
también sonreí, es cierto, no estaba. Al menos su coche había desaparecido.
-
¿Quieres
entrar? – dije un poco más animada, abriendo la puerta.
Entró
en menos de un segundo, sonriendo mucho.
-
¿Qué
pasa? ¿Ya quieres quedarte a solar conmigo?
Arqueé
una ceja algo divertida.
-
Me
estoy arrepintiendo ya…
Reímos,
mirándonos a los ojos.
Se
acercó poco a poco, yo aun seguía en la puerta.
Paró
a unos centímetros de mí, quedando pegados el uno al otro.
Me
apresó, puso sus manos en ambos lado de la puerta para no dejarme salir.
-
Quita
de en medio – bromeé.
-
No
Reí
e intenté salir, tirando de los brazos de Mikel. Imposible, tiene mucha fuerza.
-
¿Y
qué debo hacer para que me dejes salir? – dije con voz de chula.
-
No
te muevas…
Le
hice caso y no me moví. ¡Imposible moverse, con este chico al lado!
Se
acercó más y cerré los ojos, para notarle cerca de mí.
Nuestros
labios rozaron, pero solamente rozar.
Sonreí,
lo hacía queriendo, para rabiarme.
-
Que
cabrón eres… - reí.
-
Calla,
que lo estropeas todo…
Volví
a reír, pero opte por callarme. Que le estropeo todo al señorito.
Abrí
los ojos un momento. No me había percatado de lo cerca que estaba Mikel. Más
bien, tenía nublada la vista de tenerle así.
Pero
no importa, eso me gusta y me hace feliz, tenerle a mi lado.
El
también tenía los ojos cerrados, y justo cuando los volví a cerrar se lanzó a
por el beso.
Se
lo devolví con ganas de más, y el, al igual que yo, devolviéndome el siguiente
con más energía.
Sin
darnos cuenta, el ya me tenía cogida en brazos, pegándome más a su cuerpo y sin
separar sus labios de los míos.
Solo
los separó un momento para coger aire. Se estaba quedando sin aire, el pobre.
Juntó
su frente con la mía y nos quedamos así, ya más calmados que antes.
-
Eres
preciosa… - murmuró Mikel, acariciando mi mejilla.
-
No
tanto como tu
Sonreímos
y nos volvimos a besar. Un beso dulce, tierno.
Nos
abrazamos, más enamorados que nunca. Felices.
-
¿Te
vas a quedar a dormir esta noche? – pregunté, separándome un poco.
-
¿Qué
pasa? ¿Ya quieres tener sexo salvaje?
Me
sonrojé un poco. Negué con la cabeza divertida.
-
En
tus sueños
-
Estás
muy mona, así con la cara tan roja
Reí
y me tapé, muerta de vergüenza.
-
Era
broma, tonta
-
Lo
sé, pero que quieres que haga
Le
di un beso corto. Pero dulce y tierno.
-
¿Qué
harás? ¿Te quedas?
-
No
puedo, pero otro día ten por seguro que lo haré
Sonreí
y asentí. De todas formas aun es demasiado pronto para dormir juntos o algo
así. ¡No llevamos ni un día!
-
Oye,
y si tu tío te vuelve a hacer algo…
-
Tranquilo,
no pasa nada
Sonrió
y abrió la puerta para irse. Antes de marchar, me besó de nuevo.
Todo
había cambiado, y aun faltaba cosas por cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario