lunes, 22 de julio de 2013

Capitulo 22

-          ¿Cuándo lo diremos?
-          ¿El que?
-          Ya sabes, que estamos juntos…
-          Ah, cuando tú quieras…
-          Alicia
-          ¿Si?
-          Si aun te parece muy pronto para dar la noticia, esperaré

Sonreí y le besé. Un beso pequeño, tan solo unir los labios unos segundos.

-          No me mires así – bromeé al ver su expresión – tenemos tiempo para dar muchos más fuertes.
-          Pues si, mucho tiempo

Sonrió con ternura y me abrazó con cuidado.
Caminamos cogidos de la mano, felices por tenernos el uno al otro.

Las cosas han cambiado mucho estos meses. Mikel por fin a comprendido que es una relación seria, y por seguro que se esforzará al máximo. Yo me he dado cuenta de que todo el mundo puede cambiar a mejor, sea como sea esa persona.

-          ¿Y qué pasará con Albert hasta entonces? – comentó Mikel.
-          Le mantendré a raya, tranquilo

Le sonreí y miré al suelo, riendo un poco.
Mikel también rió, sin motivo alguno, simplemente rió.

-          Pero debes tener cuidado con mis fans – previno de repente, ya poniéndose serio.
-          ¿Y eso?
-          Ya sabes, hay muchas que te odiaran y te pondrán de puta para arriba…

Hice una mueca algo asustada, no me acordaba de todo aquello.

-          Pero tranquila, no todas son así – dijo de repente al ver mi cambio de humor.
-          ¿Me harán algo más?
-          No creo que pasen de los insultos, tranquila. Las que te insulten ignóralas, pasa de ellas totalmente.
-          De acuerdo

Nos paramos, ya habíamos llegado a mi casa. Suspiré un poco angustiada, no tenía ganas de ver a mi tío.
-          Un momento…

Miré a Mikel un poco confusa. ¿Qué pasaba?

-          Tu tío no está – esbozó una sonrisa.

Yo también sonreí, es cierto, no estaba. Al menos su coche había desaparecido.

-          ¿Quieres entrar? – dije un poco más animada, abriendo la puerta.

Entró en menos de un segundo, sonriendo mucho.

-          ¿Qué pasa? ¿Ya quieres quedarte a solar conmigo?

Arqueé una ceja algo divertida.

-          Me estoy arrepintiendo ya…

Reímos, mirándonos a los ojos.
Se acercó poco a poco, yo aun seguía en la puerta.

Paró a unos centímetros de mí, quedando pegados el uno al otro.
Me apresó, puso sus manos en ambos lado de la puerta para no dejarme salir.

-          Quita de en medio – bromeé.
-          No

Reí e intenté salir, tirando de los brazos de Mikel. Imposible, tiene mucha fuerza.

-          ¿Y qué debo hacer para que me dejes salir? – dije con voz de chula.
-          No te muevas…

Le hice caso y no me moví. ¡Imposible moverse, con este chico al lado!
Se acercó más y cerré los ojos, para notarle cerca de mí.

Nuestros labios rozaron, pero solamente rozar.
Sonreí, lo hacía queriendo, para rabiarme.

-          Que cabrón eres… - reí.
-          Calla, que lo estropeas todo…

Volví a reír, pero opte por callarme. Que le estropeo todo al señorito.

Abrí los ojos un momento. No me había percatado de lo cerca que estaba Mikel. Más bien, tenía nublada la vista de tenerle así.
Pero no importa, eso me gusta y me hace feliz, tenerle a mi lado.

El también tenía los ojos cerrados, y justo cuando los volví a cerrar se lanzó a por el beso.
Se lo devolví con ganas de más, y el, al igual que yo, devolviéndome el siguiente con más energía.

Sin darnos cuenta, el ya me tenía cogida en brazos, pegándome más a su cuerpo y sin separar sus labios de los míos.

Solo los separó un momento para coger aire. Se estaba quedando sin aire, el pobre.
Juntó su frente con la mía y nos quedamos así, ya más calmados que antes.

-          Eres preciosa… - murmuró Mikel, acariciando mi mejilla.
-          No tanto como tu

Sonreímos y nos volvimos a besar. Un beso dulce, tierno.
Nos abrazamos, más enamorados que nunca. Felices.

-          ¿Te vas a quedar a dormir esta noche? – pregunté, separándome un poco.
-          ¿Qué pasa? ¿Ya quieres tener sexo salvaje?

Me sonrojé un poco. Negué con la cabeza divertida.

-          En tus sueños
-          Estás muy mona, así con la cara tan roja

Reí y me tapé, muerta de vergüenza.

-          Era broma, tonta
-          Lo sé, pero que quieres que haga

Le di un beso corto. Pero dulce y tierno.

-          ¿Qué harás? ¿Te quedas?
-          No puedo, pero otro día ten por seguro que lo haré

Sonreí y asentí. De todas formas aun es demasiado pronto para dormir juntos o algo así. ¡No llevamos ni un día!

-          Oye, y si tu tío te vuelve a hacer algo…
-          Tranquilo, no pasa nada
Sonrió y abrió la puerta para irse. Antes de marchar, me besó de nuevo.

Todo había cambiado, y aun faltaba cosas por cambiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario