domingo, 14 de julio de 2013

Capitulo 19

-          ¿Qué quieres? – dije en tono borde.
-          Hablar contigo… - contestó Albert con tristeza.
-          No, gracias, ya la cagaste bastante en el concierto
-          ¡Joder, pero déjame hablar!

Callé y aparté mi mano de la suya, aun así no me moví. Que hable, que hable.

-          Me puse muy nervioso…
-          Que excusa tan mala
-          Y no sé, Mikel no me cae bien y me jodió que tuviera que llevarle en mi coche.
-          ¿Aunque estuviese sangrando no le llevarías?
-          Solo quería estar contigo, nada más, no te enfades conmigo.
-          Hazte la víctima, lo haces muy bien. ¿Y qué pasa? Me dejaste tirada allí en medio, si no llegar a ser que Mikel me dejó su moto no podría haber vuelto a mi casa.
-          Ya… lo siento mucho
-          Muy bien por ti
-          Por favor, perdóname…

Puso ojitos de perrito abandonado. Desvía la mirada pero se puso de nuevo delante de mi. No me quedó más remedio…

-          Está bien… perdonado…

Antes de nada más me abrazo con fuerza, riendo de felicidad.
-          ¡¿Podemos quedar mañana a las siete?! – exclamó de repente.
-          No se…
-          Por favor… - volvió a poner ojitos de perro abandonado.
-          Bueno, vale…

Sonrió y me dio un beso en la mejilla antes de irse con sus amigos.
Me di la vuelta con una expresión divertida en la cara, pero me puse tensa al instante.

-          ¿Tú piensas? – dijo Mikel de mala leche - ¡¿En serio le perdonas?!
-          Parece muy arrepentido
-          ¡Te volverá a dejar tirada!
-          No, no lo hará
-          Alicia créeme, te lo volverá a hacer
-          ¡Sé lo que hago! ¡Si quiero estar con el, pues estoy!
-          Vete a la mierda, no se porque cojones quería intentar llevarme bien, ¡Es imposible!

Se fue muy cabreado, más de lo normal. Quizás me había pasado…

2 horas más tarde, en el recreo…

-          Que le den – dijo Teresa mordiendo su bocadillo.
-          Ya, pero… me ayudo mucho el día del concierto – respondí con tristeza.
-          Eso fue muy bonito, pero debe comprender que eres mayor para hacer lo que te venga en gana – intervino Marta.
-          Me llevó a casa y me defendió… ahora siento que le he fallado…
-          El quiere que sientas eso, así que piensa en otra cosa.

Sonreí con debilidad y suspiré. No, no podía parar de pensar en esto; he fallado a Mikel.

<<Hablando del rey de Roma por la puerta se asoma…>>
Mikel acababa de aparecer con su grupo de amigos, riendo y haciendo bromas, como es normal en el.

Me miró durante unos segundos, pero no dijo nada, simplemente me lanzó una mirada fría y distante.
Agaché la cabeza angustiada, pero…

-          ¡¡TOMA AGUA!!

Gritando me aparté de Mikel, que sin saber como, había aparecido de estar a metros a centímetros de mi.
Miré mi camiseta, que por desgracia hoy la llevaba blanca. POR DESGRACIA.

Mikel me acaba de tirar un montón de agua encima, tanta que parece que he salido de una piscina.

-          ¡¡¿DE QUE VAS IDIOTA?!! – grité enfurecida, intentando ocultar con los brazos la zona del sujetador.
-          ¡Pero si tienes mucho calor, niñata! – respondió con burla.

Lo pillé al momento. Todo sería igual que antes, con las bromas pesadas y los insultos.
Todos los chicos empezaron a mirarme, solo que un poco más debajo de la cara. No conseguía taparme bien.

-          ¡¿De que vas, gilipollas?! – intervinieron mis amigas.
-          El grupo de tontas… - se burló un amigo de Mikel.

Los se me pusieron llorosos. Mierda, no pienso dejar que esta sea la primera vez que llore en público.

Mirando al suelo me marché del patio, más furiosa que nunca, más rota por dentro que ningún otro día…

No hay comentarios:

Publicar un comentario