-
¿Qué
quieres? – dije en tono borde.
-
Hablar
contigo… - contestó Albert con tristeza.
-
No,
gracias, ya la cagaste bastante en el concierto
-
¡Joder,
pero déjame hablar!
Callé
y aparté mi mano de la suya, aun así no me moví. Que hable, que hable.
-
Me
puse muy nervioso…
-
Que
excusa tan mala
-
Y
no sé, Mikel no me cae bien y me jodió que tuviera que llevarle en mi coche.
-
¿Aunque
estuviese sangrando no le llevarías?
-
Solo
quería estar contigo, nada más, no te enfades conmigo.
-
Hazte
la víctima, lo haces muy bien. ¿Y qué pasa? Me dejaste tirada allí en medio, si
no llegar a ser que Mikel me dejó su moto no podría haber vuelto a mi casa.
-
Ya…
lo siento mucho
-
Muy
bien por ti
-
Por
favor, perdóname…
Puso
ojitos de perrito abandonado. Desvía la mirada pero se puso de nuevo delante de
mi. No me quedó más remedio…
-
Está
bien… perdonado…
Antes
de nada más me abrazo con fuerza, riendo de felicidad.
-
¡¿Podemos
quedar mañana a las siete?! – exclamó de repente.
-
No
se…
-
Por
favor… - volvió a poner ojitos de perro abandonado.
-
Bueno,
vale…
Sonrió
y me dio un beso en la mejilla antes de irse con sus amigos.
Me
di la vuelta con una expresión divertida en la cara, pero me puse tensa al
instante.
-
¿Tú
piensas? – dijo Mikel de mala leche - ¡¿En serio le perdonas?!
-
Parece
muy arrepentido
-
¡Te
volverá a dejar tirada!
-
No,
no lo hará
-
Alicia
créeme, te lo volverá a hacer
-
¡Sé
lo que hago! ¡Si quiero estar con el, pues estoy!
-
Vete
a la mierda, no se porque cojones quería intentar llevarme bien, ¡Es imposible!
Se
fue muy cabreado, más de lo normal. Quizás me había pasado…
2 horas más
tarde, en el recreo…
-
Que
le den – dijo Teresa mordiendo su bocadillo.
-
Ya,
pero… me ayudo mucho el día del concierto – respondí con tristeza.
-
Eso
fue muy bonito, pero debe comprender que eres mayor para hacer lo que te venga
en gana – intervino Marta.
-
Me
llevó a casa y me defendió… ahora siento que le he fallado…
-
El
quiere que sientas eso, así que piensa en otra cosa.
Sonreí
con debilidad y suspiré. No, no podía parar de pensar en esto; he fallado a
Mikel.
<<Hablando
del rey de Roma por la puerta se asoma…>>
Mikel
acababa de aparecer con su grupo de amigos, riendo y haciendo bromas, como es
normal en el.
Me
miró durante unos segundos, pero no dijo nada, simplemente me lanzó una mirada
fría y distante.
Agaché
la cabeza angustiada, pero…
-
¡¡TOMA
AGUA!!
Gritando
me aparté de Mikel, que sin saber como, había aparecido de estar a metros a
centímetros de mi.
Miré
mi camiseta, que por desgracia hoy la llevaba blanca. POR DESGRACIA.
Mikel
me acaba de tirar un montón de agua encima, tanta que parece que he salido de
una piscina.
-
¡¡¿DE
QUE VAS IDIOTA?!! – grité enfurecida, intentando ocultar con los brazos la zona
del sujetador.
-
¡Pero
si tienes mucho calor, niñata! – respondió con burla.
Lo
pillé al momento. Todo sería igual que antes, con las bromas pesadas y los
insultos.
Todos
los chicos empezaron a mirarme, solo que un poco más debajo de la cara. No conseguía
taparme bien.
-
¡¿De
que vas, gilipollas?! – intervinieron mis amigas.
-
El
grupo de tontas… - se burló un amigo de Mikel.
Los
se me pusieron llorosos. Mierda, no pienso dejar que esta sea la primera vez
que llore en público.
Mirando
al suelo me marché del patio, más furiosa que nunca, más rota por dentro que
ningún otro día…
No hay comentarios:
Publicar un comentario