-
Despierta
dormilona…
-
Quiero
dormir más…
-
¡Déjala
en paz! ¡Está soñando con su Mikel!
Le
tiré a Marta lo primero que encontré en la cama, que venía a ser la funda de la
cámara de Rebeca.
-
¡Agresiva!
Hundí
la cabeza en la almohada, con un dolor de cabeza muy fuerte.
-
No
eres la única con resaca… - escuché decir a Gema con voz quebrada.
-
Todas
estamos con resaca – resaltó Erica.
A
continuación, me irguieron en la cama, ignorando mis quejas.
-
¡Pero
que quiero dormir!
-
Joder,
que hemos quedado a desayunar en la calle
-
Ir
vosotras…
-
Me
cago en la mierda, tu te vienes si o si
Rebeca,
a quien aun no había escuchado, me cogió con brutalidad del brazo y me sacó de
la cama.
-
¡Menos
violencia!
-
Ponte
la ropa o te juro que te llevamos a la cafetería en pijama – dijo con voz desafiante.
-
¿Y
a esta niña que le ocurre?
-
Ya
sabes como se pone con la resaca… - contestó Teresa haciendo una mueca.
Resoplé
y cogí un pantalón corto junto a una camiseta celeste de medias mangas con la
espalda al descubierto.
Al
vestirme, todas bajamos al patio, para coger las motos e irnos.
Como
siempre, me senté en la moto de Teresa.
-
¿A
que cafetería vamos?
-
La
que está cerca de la casa de Mikel…
-
Madre
mía…
Teresa
sonrió. Entendía porque me acababa de poner en tensión.
En casa de Mikel
Mikel
abrió un poco los ojos, con dolor de cabeza, pero ha tenido peores.
Se
frotó los ojos y miró a su alrededor.
Cogió
las lentillas y se las puso, pues se percató de que no las llevaba por su
borrosa visión.
Levantándose
de la cama, se miró al espejo.
No
estaba tan mal, tenía que decirlo, ha cogido cogorzas peores.
Por
un instante, recordó mi cara cerca de la suya, y luego tirándole un jarrón
lleno de agua.
-
Pero
que mierda he hecho… - dijo con resentimiento, recordando todo lo que paso por
la noche.
También
recordó que fue Carlos quien le trajo a su casa.
-
Joder
Mikel, cada vez estás peor…
Ineva,
la hermana mayor de Mikel, le miraba preocupada y enfadada.
-
Déjame
en paz…
-
Últimamente
estás bebiendo y fumando demasiado… solo tienes 16 años
-
¿Y?
soy mayor para saber lo que tengo y no tengo que hacer
-
Te
arrepentirás…
Ineva
se fue, triste por el comportamiento de su hermano.
Mikel
cogió unos pantalones vaqueros y se los puso junto a una sudadera negra.
Se
peino con su típico peinado, de los pelos hacia arriba y bajo las escaleras de
su cuarto.
-
Voy
a la cafetería
Antes
de escuchar, las posibles quejas de sus padres, salió por la puerta de su casa
y cogió la moto.
En la cafetería
Nos
sentamos en una mesa lejos del sol, para que no nos diese en la cara.
Suspiré
y miré un momento al móvil para ver si tenía alguna notificación.
Solo
las etiquetas en Facebook de las fotos echadas ayer.
-
¿Qué
queréis chicas? – preguntó la camarera.
-
Seis
cafés – contestó Erica
La
camarera se fue apuntando el pedido en la libreta digital.
-
Mirad
quien está aquí… - dijo de repente Gema,
señalando con disimulo.
Todos
miramos, y al ver quien era se me escapó un gemido de angustia.
-
¿Por
qué tuvo que venir? – me quejé tapándome de la cara.
-
No
se, pero nos has visto – dijo Erica
-
Mierda,
joder…
En
efecto, al mirar un poco, Mikel venía hacia nosotras sonriendo.
-
¡Hola
chicas! ¿Puedo sentarme?
-
Claro,
claro – contestamos, cogiendo una silla libre.
Erica
se aprovechó y puso la silla justo al lado de mía.
Mikel
se sentó y me sonrió un poco.
Le
devolví la sonrisa, desviando la mirada un poco incomoda.
La
camarera llegó y nos puso los cafés.
-
¿Tú
quieres algo? – preguntó a Mikel.
-
No,
gracias
Se
fue, quedándonos todos en silencio.
-
Oye
Alicia… cuando termines ¿Podemos hablar?
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