martes, 11 de junio de 2013

Capitulo 12

-          Despierta dormilona…
-          Quiero dormir más…
-          ¡Déjala en paz! ¡Está soñando con su Mikel!

Le tiré a Marta lo primero que encontré en la cama, que venía a ser la funda de la cámara de Rebeca.

-          ¡Agresiva!

Hundí la cabeza en la almohada, con un dolor de cabeza muy fuerte.

-          No eres la única con resaca… - escuché decir a Gema con voz quebrada.
-          Todas estamos con resaca – resaltó Erica.

A continuación, me irguieron en la cama, ignorando mis quejas.

-          ¡Pero que quiero dormir!
-          Joder, que hemos quedado a desayunar en la calle
-          Ir vosotras…
-          Me cago en la mierda, tu te vienes si o si

Rebeca, a quien aun no había escuchado, me cogió con brutalidad del brazo y me sacó de la cama.

-          ¡Menos violencia!
-          Ponte la ropa o te juro que te llevamos a la cafetería en pijama – dijo con voz desafiante.
-          ¿Y a esta niña que le ocurre?
-          Ya sabes como se pone con la resaca… - contestó Teresa haciendo una mueca.

Resoplé y cogí un pantalón corto junto a una camiseta celeste de medias mangas con la espalda al descubierto.
Al vestirme, todas bajamos al patio, para coger las motos e irnos.
Como siempre, me senté en la moto de Teresa.

-          ¿A que cafetería vamos?
-          La que está cerca de la casa de Mikel…
-          Madre mía…

Teresa sonrió. Entendía porque me acababa de poner en tensión.


En casa de Mikel

Mikel abrió un poco los ojos, con dolor de cabeza, pero ha tenido peores.
Se frotó los ojos y miró a su alrededor.
Cogió las lentillas y se las puso, pues se percató de que no las llevaba por su borrosa visión.
Levantándose de la cama, se miró al espejo.
No estaba tan mal, tenía que decirlo, ha cogido cogorzas peores.
Por un instante, recordó mi cara cerca de la suya, y luego tirándole un jarrón lleno de agua.

-          Pero que mierda he hecho… - dijo con resentimiento, recordando todo lo que paso por la noche.

También recordó que fue Carlos quien le trajo a su casa.

-          Joder Mikel, cada vez estás peor…

Ineva, la hermana mayor de Mikel, le miraba preocupada y enfadada.

-          Déjame en paz…
-          Últimamente estás bebiendo y fumando demasiado… solo tienes 16 años
-          ¿Y? soy mayor para saber lo que tengo y no tengo que hacer
-          Te arrepentirás…

Ineva se fue, triste por el comportamiento de su hermano.
Mikel cogió unos pantalones vaqueros y se los puso junto a una sudadera negra.
Se peino con su típico peinado, de los pelos hacia arriba y bajo las escaleras de su cuarto.

-          Voy a la cafetería

Antes de escuchar, las posibles quejas de sus padres, salió por la puerta de su casa y cogió la moto.

En la cafetería

Nos sentamos en una mesa lejos del sol, para que no nos diese en la cara.
Suspiré y miré un momento al móvil para ver si tenía alguna notificación.
Solo las etiquetas en Facebook  de las fotos echadas ayer.

-          ¿Qué queréis chicas? – preguntó la camarera.
-          Seis cafés – contestó Erica

La camarera se fue apuntando el pedido en la libreta digital.
-          Mirad quien está aquí…  - dijo de repente Gema, señalando con disimulo.

Todos miramos, y al ver quien era se me escapó un gemido de angustia.

-          ¿Por qué tuvo que venir? – me quejé tapándome de la cara.
-          No se, pero nos has visto – dijo Erica
-          Mierda, joder…

En efecto, al mirar un poco, Mikel venía hacia nosotras sonriendo.

-          ¡Hola chicas! ¿Puedo sentarme?
-          Claro, claro – contestamos, cogiendo una silla libre.

Erica se aprovechó y puso la silla justo al lado de mía.
Mikel se sentó y me sonrió un poco.
Le devolví la sonrisa, desviando la mirada un poco incomoda.
La camarera llegó y nos puso los cafés.

-          ¿Tú quieres algo? – preguntó a Mikel.
-          No, gracias

Se fue, quedándonos todos en silencio.


-          Oye Alicia… cuando termines ¿Podemos hablar?

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